… el 21 de mayo de 1994 aparece en las páginas centrales del número 62 de Arquitectura HOY “Reseña del ‘Plan Sectorial de Habilitación Física para los Barrios del Área Metropolitana de Caracas’ ”.

La completa reseña, firmada por Federico Villanueva, quien junto a Josefina Baldó fungieron de coordinadores del Plan (denominado inicialmente “Plan Sectorial de Incorporación a la Estructura Urbana de las Zonas de los Barrios del Área Metropolitana de Caracas y de la Región Capital -Sector Panamericana y Los Teques-” y que para nuestros efectos identificaremos como PSHFB), resume lo que podría considerarse como el más importante logro proveniente de años de trabajo sostenido en pro de otorgar estatus de ciudadanía a los habitantes de los barrios populares y rango de ciudad a los lugares que habitan, condiciones ambas que habían sido desconocidas por quienes durante años estudiaban, planificaban y cartografiaban la urbe.
De hecho, el reconocimiento de los barrios en un texto legal ocurre en Venezuela por primera vez en 1987, con la aprobación de la Ley Orgánica de Ordenación Urbanística (LOOU) y es en el marco de ella que se inscribe el Plan Sectorial de donde toma su nomenclatura más allá de que, como veremos más adelante, desarrolle una propia.
Baldó y Villanueva, junto a Teolinda Bolívar, llevaban años trabajando académicamente sobre el tema en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV (más concretamente desde el Sector de Estudios Urbanos de la Escuela de Arquitectura), donde llevaron adelante los primeros estudios sobre los niveles y condiciones de urbanización de los barrios venezolanos, dentro de una línea institucional de investigación dedicada a los desarrollos urbanos no controlados, primer antecedente del PSHFB.
Otra importante referencia al Plan la constituye la experiencia obtenida en el “Taller Vivienda” (coordinado por Federico Villanueva), desarrollada entre 1986 y 1989 conjuntamente por los Sectores de Estudios Urbanos y de Diseño de la FAU UCV, donde se elaboraron proyectos de habilitación física de Unidades de Diseño Urbano (UDU), permitiendo determinar las características y magnitudes de las obras a realizar en los barrios. Su registro, digno de ser tomado en cuenta, está recogido en el nº 4 de la revista Tecnología y Construcción.
Un tercer elemento referencial lo constituye la realización en Caracas en octubre de 1991 del “Encuentro Internacional por la Rehabilitación de los Barrios del Tercer Mundo”, que congregó especialistas de cincuenta países sobre el tema de los asentamientos urbanos no controlados en cuya Declaración Final y conclusiones se recogen algunos de los principios de lo que posteriormente será el Plan que nos ocupa. Casi inmediatamente después de dicho evento el Estado venezolano reconoció la importancia del enfoque de habilitación de barrios a través del levantamiento integrado de información demográfica y cartográfica de las zonas de barrios de Venezuela, delimitándolas y asignándoles denominaciones técnicas propias de la metodología de habilitación: Unidades de Planificación Física (UPFs) y Unidades de Diseño Urbano (UDUs), recogidas en la publicación del III Inventario Nacional de Barrios (FUNDACOMUN-OCEI, 1993). Dicho esfuerzo que contó con la colaboración activa de Baldó y Villanueva permitió afinar la metodología a aplicar y definir los aspectos teóricos asociados a la delimitación y caracterización de las zonas de barrios.
Así, el PSHFB, encargado por el Ministerio de Desarrollo Urbano (MINDUR), realizado entre 1992 y 1994, se convierte en el eslabón que permitió unir una experiencia de origen académico con su posterior conversión en política pública a través del Programa de Habilitación Física de Barrios impulsada desde el CONAVI en 1999, liderada justamente por los dos profesores que lo gestaron, en un intento por minimizar la brecha existente entre plan y realidad.
Su ejecución, siguiendo la metodología que dictaba la experiencia teórica acumulada, implicó la conformación de un completo equipo de trabajo que incorporó profesionales de diversas disciplinas y un selecto grupo de consultores expertos algunos de los cuales ya habían participado en la experiencia del “Taller Vivienda”.
Tal y como señala Villanueva “este Plan se propone urbanizar 4.600 hectáreas de terreno durante un período de 15 años, con una inversión de Bs. 250.000 millones, para atender una población de 1.200.000 personas, es decir, el 40% de la ciudad. (…) El Plan presenta los programas de actuaciones urbanísticas para todas las zonas de barrios del área metropolitana de Caracas y de la región capital, es decir, los planes de intervención urbana anuales con discriminación de las obras a realizar y de las inversiones respectivas. Con ellos, en cuanto a conjuntos operacionales de propuestas físico-espaciales y económico-financieras, el proceso de habilitación urbana alcanza pleno sentido”.
Este ambicioso proyecto, que le valió a sus autores la obtención del Premio Nacional de Investigación en Vivienda 1995, pudo empezarse a concretar, como ya señalamos, en forma de política de Estado a través del Programa de Habilitación Física de Barrios una vez que Josefina Baldó asume la presidencia del CONAVI en 1999, alineándose con la Política Nacional de Vivienda (PNV) formulada ese mismo año (prevista para ser puesta en práctica hasta el año 2004).
La intensa actividad desplegada por Baldó entre 1999 y 2000 sirvió para poner en marcha un importante grupo de iniciativas relacionadas con los principales programas derivados de la PNV ente los cuales se debe destacar el llamado a un considerable número de Concursos Nacionales de Ideas para la Habilitación Física de las Zonas de Barrios atendidos con entusiasmo por los profesionales de la arquitectura de todo el país.
Las razones que precipitaron la salida de Baldó del CONAVI no las vamos a enumerar. Sólo señalar que ello llevó a desvirtuar y abandonar progresivamente el programa del cual, afortunadamente, ha quedado una abundante bibliografía institucional y numerosos estudios dedicados a analizar la experiencia, sus resultados, fortalezas, debilidades y posibles correctivos. También son cuantiosos los artículos, escritos y ponencias elaborados por Josefina Baldó y Federico Villanueva (conjuntamente y por separado) que dan cuenta del proceso y los resultados y, fundamentalmente, la metodología actualizada acerca de cómo actuar, quedando sentadas las bases de lo que será una de las principales puntas de lanza que deberán encabezar la cada vez más cercana y necesaria reconstrucción de nuestro desvencijado país.
ACA