1978•El Ministerio de Obras Públicas (MOP) concluye y pone en servicio los 38,9 Km de la Autopista Petare-Guarenas, la cual incluye tres distribuidores: Boyacá (Petare), La Vaquera y Casarapa (ambos en Guarenas); el Viaducto Turumo en el Km 6 y los Túneles Turumo en el Km 7. El esbelto Viaducto Turumo fue en parte construido por Pilotes Franki.
Esta importante vía fue concebida por el MOP en los años sesenta, pero por diferentes motivos económicos no pudo iniciarse su construcción hasta diez años después.
1955•En el mes de diciembre, luego de 5 meses de trabajo, se inaugura la prolongación de la Autopista del Este entre La Carlota y Petare (Calle San Francisco).
En agoste de 1956 se completó el Distribuidor La Carlota y el enlace La Carlota-Avenida Francisco de Miranda. Trabajaron en la construcción las empresas VICA, MICCA, Rivero y Rodríguez, bajo la dirección y coordinación de los ingenieros Teolindo Yanez y Raúl Rodríguez, utilizando concreto premezclado suplido por la firma Mixto-Listo, C.A.
1957•Con la asistencia del Gobernador del estado Carabobo, general Ricardo Arroyo, del Presidente del Colegio de Ingenieros de Venezuela, ingeniero Pedro Pablo Azpúrua y del Presidente del Centro de Ingenieros del estado Carabobo, se inaugura el edificio Sede de esta filial, ubicada en la Plaza Montes de Oca, urbanización Guaparo, Valencia.
La nueva sede se construyó con la colaboración privada y la acción oficial, terminándose para que pudiera servir de sede del VI Congreso Venezolano de Ingeniería, cuya primera sesión se realizó el día de la inauguración en la capital carabobeña.
La nueva sede, está integrada por dos volúmenes: uno, el edificio de oficinas-recreativo y de servicios; y dos, separado del primero por un corredor techado, el auditorio.
En el primer volumen, con acceso directo desde la calle funcionan, en dos pisos, las dependencias administrativas del centro. Están orientadas hacia el norte y abren sobre un amplio jardín.
A su lado, independiente y con acceso controlado se desarrollan las facilidades recreativas y sus servicios: un amplio salón provisto de terrazas, un restaurante, bar, también con terraza, los sanitarios, la cocina-pantry, un depósito general, otro para el bar y un área para vigilancia.
El auditorio, concebido con ventilación cruzada, tiene capacidad para 228 espectadores.
El Centro dispone de estacionamiento.
En 1989, Ieoh Ming Pei —nacido el 26 de abril de 1917, justo hoy 100 años— vería terminado su proyecto más importante: la pirámide de acceso al Museo del Louvre. La pirámide fue encargada en 1983 por el entonces presidente de Francia, Francois Mitterrand —al que algunos, al verla, acusaron de creerse un faraón—, y se convirtió, en muy poco tiempo, en un icono, con reminiscencias a la propia trama urbana de París, conectado en línea recta con dos símbolos que buscan construir una visión imperial de la capital francesa: el Arco del Triunfo —monumento construido a la gloria de Napoleón e inspirado en el Arco de Tito de Roma— y el Obelisco de Lúxor —desplazado de su originaria ubicación en Egipto.
Pese a las críticas por realizar un proyecto con un fuerte contraste respecto a su contexto, el éxito fue rotundo, convirtiéndose en uno de los puntos de mayor atracción del propio museo —aunque seguramente muy lejos de La Gioconda de Leonardo—, relegando a un segundo plano al antiguo palacio que, pese a su importancia histórica, política y arquitectónica, sirve de contraste en las numerosas fotos que los turistas dedican a la pirámide. Al tiempo, permitió mejorar el acceso al museo a través de un subterráneo e incrementar con eficacia el número de visitantes. Con el tiempo, este trabajo de Pei ha llegado a ser parte integral de la ciudad y de diversas ficciones de la cultura popular. Así, la (terrible) película francesa Belphegor vinculó las maldiciones del antiguo Egipto con la forma de la obra; mientras que el Código Da Vinci se atrevió a ocultar bajo una obra de apenas tres décadas —concretamente bajo la pirámide invertida que existe en el museo— un enigma milenario que vendría a desestabilizar nuestro mundo occidental. Todo, sumado, permitió que I.M.Pei acabara como uno de los arquitectos más famosos, incluso entre el público no especializado, como prueba haber aparecido incluso en la popular serie The Simpsons. Puede que el éxito desbordante de esta obra, relegara muchos de sus trabajos y éxitos anteriores y posteriores. Sin embargo, el arquitecto chino-americano tiene en su haber una dilatada trayectoria que incluye logros tan importantes como el premio Pritzker o la medalla de oro de la AIA, así como destacados proyectos como la National Gallery of Art, la Biblioteca y Museo Presidencial de John F. Kennedy, la torre del Banco de China, la Embajada de Estados Unidos en Uruguay, la ampliación del Museo de Historia de Berlín o, ya en los últimos años, el Museo de Arte Islámico de Doha, todo un ejemplo que sintetiza su interés por el uso de geometrías claras pero capaces de no dejar indiferente.
La postal del día de hoy nos muestra un fotomontaje que mira hacia el este de la ciudad de Caracas del proyecto para el Centro Urbano El Recreo, una de las tres incursiones que Marcel Breuer llevó cabo en nuestro país, junto al anteproyecto de un edificio de apartamentos recreacionales diseñado para Tanaguarena en 1958 en compañía de Julio Volante (ver Contacto FAC, nº 1, 30-10-2016), y a su asistencia como invitado internacional al IX Congreso Panamericano de Arquitectos en 1955. El proyecto para el Centro Urbano El Recreo se origina en un concurso de ideas de carácter privado organizado por el Banco Unión, propietario del terreno de 40.000 m2 donde se desarrollaría, del cual resultó ganador el equipo integrado por Ernesto Fuenmayor y Manuel Sayago de entre cinco grupos participantes.
1. Planta baja del conjunto
Tal y como se señala en el acucioso trabajo llevado a cabo por Viviana Mujica, presentado en la Trienal de Investigación FAU 2014 bajo el título “El Centro Urbano El Recreo, un modelo de construcción de la ciudad”, la ambiciosa propuesta presentada por Fuenmayor y Sayago, llevó a los promotores a buscar apoyo financiero en los Estados Unidos (en particular el Colonial Trust Bank) y a proponer la incorporación de un arquitecto reconocido internacionalmente. El consorcio norteamericano recomendó dejar de lado a Alvar Aalto (con quien inicialmente los proyectistas venezolanos habrían preferido trabajar), para finalmente optar por el arquitecto húngaro, radicado en Nueva York, Marcel Breuer. Así, la empresa El Recreo, S.A. constituida para el desarrollo de la propuesta, contrató en igualdad de condiciones para efectos de reconocimiento de los créditos correspondientes al equipo conformado por los arquitectos Marcel Breuer, Ernesto Fuenmayor y Manuel Sayago, apareciendo Herbert Beckhard como asociado.
2. Vista del conjunto desde el noreste con el contexto de 1958 -1960
Breuer acepta el programa propuesto por Fuenmayor y Sayago que les permitió ganar el concurso (que incluía a actividades comerciales, recreativas, culturales y de oficinas así como amplios espacios públicos), pero incorpora para su desarrollo otro esquema de organización basado en la idea de big unit (gran unidad) que ya venía desarrollando. Tal y como recoge Viviana Mujica: “La gran unidad sugiere una manera de planificar la ciudad, que se construye a partir de conjuntos integrados por volúmenes que albergan y combinan distintas funciones, a su vez que conforman espacios en el exterior para las actividades públicas, evitando zonificar la ciudad con la separación de usos y la congestión causada por la movilización de la población hacia determinadas zonas en horas específicas del día, manteniendo el equilibrio en la ciudad. La propuesta (…) está pensada como un sistema flexible que permite adaptarse a cualquier condición de la geografía a intervenir, con principios que facilitan el desarrollo de las ideas arquitectónicas de quien la ejecute”.
3. Alzado este
El conjunto, que debía salvar 10 metros de desnivel entre la avenida Casanova y la Venezuela (en sentido norte-sur), estaba limitado hacia el este por la calle El Recreo y tenía como vecino al oeste el Centro Profesional del Este, quedó conformado (tal y como lo muestra la imagen de la postal) por dos cuerpos comerciales, dos salas de cine, cuatro torres de oficinas, una tienda por departamentos y una plaza, así como de un estacionamiento que debía albergar 3.600 vehículos, modulados a través de una retícula estructural de 10 mts. x 10 mts. que permitía relacionar los diferentes elementos que lo conforman. Como bien señala Mujica: “Se utilizó un basamento que abarca toda el área del lote, generando un plano horizontal continuo e ininterrumpido, que regulariza las diferencias topográficas del terreno al nivel de la avenida Casanova, sobre el que se disponen los distintos cuerpos y contiene los niveles de estacionamiento”. La plaza, que se desarrolla en la mitad norte, es el verdadero corazón de la propuesta. Su espacio fluye hasta los bordes del terreno bajo los volúmenes que la delimitan y se posan sobre ella dejando sus plantas bajas libres. Por otra parte, el uso del concreto armado permite a Breuer no sólo resolver la estructura del conjunto sino poner de relieve una vez más la manera escultórica como lo trabajaba en las cubiertas o cuando los soportes llegan al suelo. El tratamiento de las fachadas permite notar una clara adaptación a las condiciones climáticas de un país como el nuestro. Cuando en 1960 se concluye el proyecto ya se vivía la crisis en que se encontraba sumido el sector de la construcción luego de la caída de Pérez Jiménez, por lo que la realización del Centro Urbano El Recreo quedó paralizada. Agotados los intentos para el inicio de las obras de construcción, la compañía El Recreo, S.A. decidió plantear un conjunto de torres de viviendas y volúmenes para equipamientos a ser financiadas por una entidad de ahorro y préstamo que se le encarga a los arquitectos Fuenmayor y Sayago, del cual solo se construyeron (en la esquina sureste) los edificios Farallón y Centinela en 1963, valioso testimonio de su fructífero contacto con Breuer.
4. Ubicación del terreno en fotografía aérea de 1958
Lo que pudo haber sido una señal más de coherencia en cuanto al desarrollo urbano de un sector importante de la ciudad quedó truncada desde el mismo momento en que los propietarios deciden dividir el lote. La imagen caótica que hoy arroja la sumatoria de Farallón y Centinela con la Torre América (1979), el Hotel Meliá Caracas (1987) y el Centro Comercial El Recreo (1992), ajenos a cualquier visión de conjunto, es una clara consecuencia de ello, independientemente de los valores arquitectónicos que cada pieza pueda tener por separado.
ACA
Procedencia de las imágenes
Postal y 3. Trasnocho Arte Contacto (TAC). Our Architects en Caracas. Arquitectura norteamericana en Caracas, 2017