ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 58

Entre octubre y noviembre de 1976 se abre en los espacios de la FAU UCV la ultima gran exposición gestionada por Antonio Granados Valdés y la que quizás sea la más importante de las montadas mientras estuvo al frente de la División de Extensión Cultural entre 1959 y 1978.
La muestra itinerante (proveniente de Ciudad de México), que tuvo su origen en 1968 a raíz de la conmemoración de los 50 años de la creación de la Bauhaus, organizada por el Württembergischer Kunstverein (Stuttgart) en colaboración con el Bauhaus-Archiv Darmstad (actualmente en Berlín), vino acompañada de un cartel y un catálogo diseñados por Hans Peter Hoch (1924-2011). La carátula de este último, basada en una composición de Fritz Tschaschnig de 1931, ilustra nuestra postal de hoy.
Así, exposición y catálogo se constituyeron piezas que permitieron a estudiantes, profesores y público en general entrar en contacto con la que ha sido considerada la más influyente escuela de artesanía, diseño, arte y arquitectura del pasado siglo XX. A través de fotomontajes, programas audio-visuales, reproducciones de obras de arte, películas, videos, libros, catálogos y objetos diversos, los visitantes de la exposición podían realizar un completo recorrido por los fundamentos que dieron origen a este centro de enseñanza, el espíritu de la época en la que se circunscribió, la figura de su creador (Walter Gropius), la lista de maestros y profesores que la conformaron y, sobre todo, la manera como estaban estructurados los estudios: el curso preliminar y los métodos que lo acompañaban, los talleres como concepto asociado a una forma de enseñar, los cursos de arquitectura y configuración y los de pintura, escultura y grabado.
Por su parte, las 251 páginas del estupendo catálogo fechado en 1976, editado por el Instituto de Relaciones Culturales con el Exterior de Stuttgart, traducido por Antonio de Zubiaurre, edición abreviada del preparado para la exposición “50 años Bauhaus” (1968), culminan con una nómina de los estudiantes que pasaron por la reconocida escuela entre 1919 y 1933 (fecha de su cierre por presiones del régimen nazi) y brinda a quien lo puede revisar una muy completa documentación escrita y gráfica de los temas más arriba señalados. También nos atreveríamos a decir que es una de las publicaciones que han dejado huella dentro de los documentos que pudieron ser adquiridos en los espacios universitarios venezolanos provenientes de una actividad de extensión cultural.
Asociados a la realización de la exposición se llevaron a cabo una serie de eventos paralelos entre los que destaca, en las fechas subsiguientes a la inauguración, el ciclo de conferencias dictado por el profesor Detlef Noak, expresidente de la Escuela Superior de Bellas Artes de Berlín, donde tocó temas como “La situación histórica de la Bauhaus”, “La teoría de la forma (Kandinsky, Klee y los talleres de la Bauhaus)», «La investigación estética (Itten, Albers, Moholy Nagy)» y “La arquitectura”. También se realizó un interesante Foro en el que intervinieron profesores y estudiantes poniéndose de relieve el aspecto político de la Bauhaus y la posibilidad de trasladar el modelo Bauhaus a Venezuela, dirimido en dos mesas redondas. Cercana a la fecha de cierre, el 10 de noviembre de 1976, la crítico de arte y profesora Marta Traba da en el Auditorio Carlos Raúl Villanueva de la FAU UCV, la charla titulada “La Bauhaus” en la que se propone como marco de referencia dilucidar “¿Cuáles fueron los acontecimientos  de la historia europea que llevaron a un grupo de personas a pensar que era necesaria la fundación de una escuela de construcción?”.
Tanto la conferencia de Traba como otro artículo suyo dedicado a “Los pintores de la Bauhaus” son recogidos, junto a otros dos textos relacionados con la exposición, por la revista PUNTO nº 58 (junio de 1977), meses después de que la muestra nos dejara. Alfonso Venegas escribe el artículo de corte biográfico “Walter Gropius (1883-1969)” y Alberto Sato rescata de un segundo plano la labor de “Mart Stam” en un documentado ensayo que amplifica la importancia de este profesor de planeamiento urbano en la etapa de la escuela dirigida por Hannes Meyer y “uno mas de los hilos conductores de entre los diferentes polos del Movimiento Moderno”.
Dicho lo dicho, saquen ustedes sus conclusiones acerca de si tiene o no sentido reiterar la afirmación hecha en el primer párrafo de esta nota.

ACA

LA NOTICIA DE LA SEMANA

La torre de Mies van der Rohe que nunca fue construida en Londres

Jack Self

Tomado de Plataforma Arquitectura

14 abril de 2017

Traducido por Nicolás Valencia

En la década de 1960, James Stirling le preguntó a Ludwig Mies van der Rohe por qué no había diseñado visiones utópicas para las sociedades del futuro, como el Broadacre City de Frank Lloyd Wright o el Cité Radieuse de Le Corbusier. Mies respondió que no estaba interesado en fantasías, sino en «volver bella la ciudad ya existente». Cuando Stirling citó esta conversación décadas más tarde sería en el contexto de la audiencia de una consulta pública en Londres, tratando desesperadamente de salvar el único diseño de Mies van der Rohe en Reino Unido del rechazo de los órganos municipales de planificación.
No pudo ser posible: la propuesta nunca se construyó y los dibujos fueron guardados en un archivo privado. Ahora, por primera vez en más de treinta años, el proyecto Mansion House Square de Mies es presentado al público en la exposición Mies van der Rohe and James Stirling: Circling the Square, en el Royal Institute of British Architects (RIBA). Y tras superar la meta en una campaña de Kickstarter, también se publicará un libro a cargo de REAL Foundation.
Descrito en su momento por el Príncipe Carlos como un «gigante muñón de vidrio» y por Richard Rogers como «la culminación de la trayectoria de un maestro de la arquitectura», la elegante torre de bronce de Mies sigue siendo controversial, a cinco décadas de su diseño.
Un elemento clave del proyecto fue la creación de una gran plaza pública al este del predio, adyacente a la residencia del Alcalde de Londres. En algunos aspectos, este espacio era el principal atributo del proyecto. Mies tomó un peligroso cruce de calles en torno al Banco de Inglaterra y lo racionalizó perfectamente con un único movimiento. Debajo del enredo de la trama medieval hubo una casi invisible grilla romana, que los edificios neoclásicos ya habían intentado revivir durante el siglo XX. Mies agregó un pliegue a la Queen Victoria Street (una de las calles diagonales que lleva al Banco de Inglaterra), cuyo producto fue un nuevo cuadrado casi perfecto geométricamente.

A fines de los años 30, Mies fue forzado a cerrar Bauhaus y escapó de la Alemania nazi. Como resultado, hay una profunda ruptura en su obra en dos periodos, definidos por el antes y después de emigrar a Estados Unidos. La importancia de la Mansion House Square es que fue uno de los dos proyectos concebidos para Europa entre el final de la Segunda Guerra Mundial y su muerte en 1969. Mies fue extremadamente exigente en relación a los encargos que recibió, y podemos asumir que su torre en Londres debería estar junto a la Neue Nationalgalerie en Berlín como un mensaje directo al viejo continente. La propuesta para Londres es única en su carrera: una sorprendente lección sobre cómo la arquitectura racionalista del Movimiento Moderno debería abordar los antiguos contextos urbanos de Europa.

Cuando Mies visitó Londres a mediados de los años 60, inmediatamente se dio cuenta que el módulo base de su rascacielos estaba desalineado con respecto al adyacente edificio diseñado por Edwin Lutyens. Se ampliaron las proporciones del módulo y se ajustó la altura de los pisos de modo que las líneas horizontales entre las estructuras envolviesen la plaza como una gran habitación urbana. La gran sensibilidad de Mies sobre el contexto que rodea a sus obras es una constante a lo largo de su carrera, desde la Casa Riehl (1907) hasta la Mansion House Square, sesenta años más tarde.
No hay fantasías utópicas en el pensamiento de Mies. Trabajó casi exclusivamente en edificios individuales o pequeños conjuntos, usando una precisión increíble para armonizar sus diseños en sus contextos urbanos. No escribió manifiestos, sino que los construyó. Su ambición no fue ser revolucionario, sino reformista. En otras palabras, Mies intentó transformar y replantear lo que ya había sido construido, en vez de imaginar una tabla rasa (que en todo caso siempre es una ficción).
En conversación con Stirling, Mies habría dado por concluido el tema de las utopías con una observación que es inmensamente arrogante, o bien, extrañamente humilde: «Si los arquitectos no son felices añadiendo al contexto existente, es porque son incapaces de adaptar su propio estilo lo suficiente como para combinar y armonizar».

ACA

NotiFAC (Contacto nº 23)

La Fundación Arquitectura y Ciudad (FAC) y Ediciones Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela (Ediciones FAU UCV) llaman a participar a autores de cualquier parte del mundo en el

CONCURSO DE ENSAYOS

CARACAS

1567-2017

Caracas al llegar a su 450 aniversario luce agotada, descuidada, olvidada, deteriorada, desarticulada y agredida, y a la vez preservada por su inmejorable clima, su inigualable paisaje y el calor de su gente. Por ende, ofrece la oportunidad única de mirarla sin dejar de pensarla, sentirla, mimarla, reivindicarla, desearla, soñarla, recordarla, imaginarla, proyectarla…

El concurso de ensayos Caracas 1567-2017 se convoca con la intención de dejar plasmadas las múltiples lecturas de que puede ser objeto esta ciudad que es eje de nuestros pensamientos, motivo de nuestras angustias y territorio de nuestros pesares, objeto de amor y de odio, siempre verde como la esperanza.

La convocatoria estará vigente desde el viernes 17 de febrero de 2017 hasta el viernes 30 de junio de 2017.

Se otorgarán 2 premios en efectivo y tantas menciones como el jurado considere pertinentes. Para conocer las bases completas ir a www.edicionesfau.com

¿SABÍA USTED…

… que el año 1962, promovido por el Ministerio de Obras Públicas y el Ministerio de Fomento, con los auspicios de la Sociedad Venezolana de Arquitectos, se convoca el primer y único concurso nacional de carácter abierto organizado hasta ahora para seleccionar un pabellón venezolano destinado a una exposición internacional?

1. Propuesta ganadora del Concurso para el Pabellón de Venezuela en la Feria Mundial de Nueva York, 1962. Edmundo Díquez y Oscar González Bustillo. Perspectiva

El evento en esta ocasión sería la Feria Mundial de Nueva York a celebrarse entre 1964 y 1965, cuyos temas eran «La paz como resultado de la comprensión» y «Los logros del hombre en un universo creciente», y que se desarrollaría sobre el mismo trazado que sirvió de soporte a la de 1939 en la zona de Flushing Meadows (Queens) (Ver Contacto FAC, nº 21, 02-04-2017).
Como clara señal de los cambios de aires que en lo político se vivían una vez caída la dictadura perezjimenista, la amplitud de esta convocatoria atrajo la atención de un selecto grupo de arquitectos de las generaciones intermedia y joven del momento. En la contienda se dieron cita, entre otros: Edmundo Díquez y Oscar González Bustillo; Jorge Castillo y Gerónimo Puig; Guido Bermúdez y Pedro Lluberes; Ralph Erminy; Mario Bemergui; Ernesto Fuenmayor y Manuel Sayago; Eduardo y Tomás Sanabria; Gustavo Legórburu; José Miguel Galia; Luis Ramírez, Guido Guazzo y Carlos Brando; José Ramos Felippa; Doménico Filippone; y Santiago Goiri.
Las bases del concurso aportaban una completa información técnica que incluía la localización del terreno en el complejo ferial, un levantamiento topográfico del mismo indicando su superficie y orientación, la normativa en cuanto a ubicación, datos climatológicos (el Pabellón estaría funcionando durante un año), condiciones del subsuelo y una programación muy general de áreas en la que no se aportaba dato alguno sobre el contenido de la muestra que Venezuela llevaría a Nueva York.

2. Concurso para el Pabellón de Venezuela en la Feria Mundial de Nueva York, 1962. Segundo premio. Jorge Cartillo y Gerónimo Puig. Corte

3. Concurso para el Pabellón de Venezuela en la Feria Mundial de Nueva York, 1962. Segundo premio. Guido Bermúdez y Pedro Lluberes. Maqueta
4. Concurso para el Pabellón de Venezuela en la Feria Mundial de Nueva York, 1962. Segundo premio. Ralph Erminy. Maqueta

En la reñida competencia resultó ganadora la propuesta hecha por los jóvenes Edmundo Díquez y Oscar González Bustillo, graduados en 1958. Tres segundos premios se otorgaron a los planteamientos de Jorge Castillo y Gerónimo Puig; Guido Bermúdez y Pedro Lluberes; y Ralph Erminy.
La  Revista SVA, nº 7, permite revisar los anteproyectos presentados al Concurso, claro termómetro de la situación de nuestra arquitectura en aquel momento e inmejorable ejemplo de la actitud asumida por los autores con relación al problema de la representatividad del país. Así, la adecuada resolución del problema como respuesta a las variables planteadas en las bases del concurso, priva por sobre una reinterpretación actual e imaginativa de lo nacional que pueda ser considerada como embajadora expresiva de lo nacional, más allá de las variaciones con que ciertas propuestas se enfrentan al problema de su formalización yendo desde lo escultórico a lo escueto, de la máxima expresividad estructural a la pureza volumétrica o del protagonismo del contenedor a su supeditación a lo contenido.

5. Pabellón de Venezuela en la Feria Mundial de Nueva York, 1964-65. Edmundo Díquez y Oscar González Bustillo. Vista exterior

6. Pabellón de Venezuela en la Feria Mundial de Nueva York, 1964-65. Edmundo Díquez y Oscar González Bustillo. Perspectiva interior
7. Pabellón de Venezuela en la Feria Mundial de Nueva York, 1964-65. Edmundo Díquez y Oscar González Bustillo. PLanta

Sin embargo, lo interesante de esta experiencia viene a ser su desenlace. Por problemas que se achacaron a los elevados costos que la especulación originada a raíz de la Feria produjo, los arquitectos Edmundo Díquez y Oscar González Bustillo debieron proyectar otro edificio de proporciones más modestas distinto al que los hizo ganadores del concurso. La nueva propuesta, realizada prácticamente in situ, bajo condiciones adversas de tiempo y presupuesto, sin conocer lo que se iba a exponer y en estrecha colaboración con los arquitectos y técnicos de la Feria, se diseñó con base en una cubierta conformada por cuatro paraboloides hiperbólicos regulares. Al espacio interior único, resultante de la organicidad propia de las superficies de doble curvatura que conforman el techo, se le dinamiza aún más y dota de escala con la incorporación de un entrepiso concentrado en el centro vinculado con el volumen mayor que sirve para jerarquizar el acceso. La posible simetría que pudiese evidenciarse en las fachadas se rompe con la adición de pequeñas piezas exagonales (muy bien estudiadas en cuanto a su dimensión y localización) junto a las cuales aparecen las ventanas.

8. Feria Mundial de Nueva York, 1964-65. Vista de conjunto

La Feria en su conjunto, considerada por Michel Ragon como “un desastre arquitectónico”, “gran Coney Island”, “circo gigante” (ver PUNTO, nº 20), confirma la crisis y decadencia que desde hace tiempo se avizoraba dentro del ya desgastado Estilo Internacional. Su reducción al absurdo, su caricaturización, se hacen aquí particularmente agudas hasta el punto de poderse hablar en muchos casos de verdaderas muestras de arquitectura postmoderna: la propaganda superpuesta, el peso de lo mediático y la fuerte presencia del pop-art respaldan esa sensación. El fin de la “inocencia” ligada a este tipo de eventos y de la confianza depositada en ellos estaba muy cerca.
Nuestros arquitectos, premiados por la AIA, a caballo entre lo sobrio, lo polivalente y lo intemporal, dejan para la posteridad esta opinión con la que se podría abrir perfectamente una mesa redonda sobre el tema: “Queremos señalar nuestra duda en cuanto a cierta crítica de que el Pabellón no tiene el carácter de la arquitectura representativa de Venezuela. Entendemos que debiera hacerse un estudio en este respecto, para determinar hasta que punto tiene Venezuela un estilo de arquitectura que la defina por sí misma. Por otra parte, habría que considerar si es positivo mostrar una arquitectura internacional digna, o por el contrario representar a nuestro país con un edificio de vestigios coloniales que no expresa nuestra actualidad.”

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 2, 3 y 4. Revista SVA, nº 7

5, 6 y 7. Revista SVA, nº 17

8. Revista Punto, nº 20