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Descartan construcción del Museo Guggenheim Helsinki tras reciente fracaso en votación municipal

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Patrick Lynch (traducción Nicolás Valencia)
(tomado de Plataforma Arquitectura, 9 de diciembre 2016)

Transcurrido casi año y medio después de que se diera el veredicto del concurso de arquitectura con la participación más masiva de la historia (1.715 propuestas provenientes de 77 países diferentes, incluidas las de varias oficinas venezolanas), que causó una sonora expectativa a nivel mundial, la Fundación Salomon R. Guggenheim ha descartado construir un museo en Helsinki, después de perder el pasado jueves 1 de diciembre por 53 a 32 en la votación a la propuesta de aporte de fondos realizada al Ayuntamiento de la capital finlandesa. La proposición rechazada comprometía a ciudad a colocar 80 millones de euros, equivalentes al 55% del costo de construcción de la obra, bajo un protocolo similar al que tuvo lugar en 1994 entre la Fundación y las autoridades municipales de Bilbao, equivalente a una licencia (renovable) que oscila entre 10 y 30 millones de dólares durante 10 años.
«Estamos decepcionados que el Ayuntamiento haya decidido no asignar fondos al museo propuesto», dijo Richard Armstrong, director de la Fundación al periódico Helsinki Times.
La noticia se suma a las sucesivas negativas manifestadas con anterioridad por el Concejo del Ayuntamiento y por el propio gobierno finés en septiembre pasado.
Pese a las favorables opiniones provenientes del mundo de la crítica arquitectónica que alabó en su momento su diseño consciente del contexto urbano en que se emplazaba, el proyecto ganador titulado Art in the City de la firma Moreau-Kusunoki Architectes, ha sido fuertemente cuestionado por parte de algunos personajes públicos locales incluyendo al arquitecto y parlamentario finés Anders Adlercreutz, el crítico de arquitectura Jonathan Glancey y el arquitecto Juhani Pallasmaa, quien denunció “la comercialización y globalización del arte”.
Quizá vale la pena recordar, como premonitorio antecedente de este fracaso que tiene su origen en motivos fiscales pero indiscutiblemente impregnado de un importante componente socio-político y cultural, que en la última encuesta pública realizada el año 2011, la mayor parte de los habitantes rechazaban el proyecto porque venía a competir con el Helsinki City Art Museum y podía perturbar los edificios icónicos de la iglesia luterana y la iglesia rusa, importantes piezas del entorno de la bahía sur de la ciudad.

ACA

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