Acerca de la Reurbanización de «El Silencio»

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Carlos Raúl Villanueva. Bocetos explicativos de la propuesta para El Silencio

La Reurbanización de El Silencio (1942-1945) es, sin duda, en muchos aspectos un proyecto bisagra y en otros un proyecto pionero. De entrada, se origina tras la realización de uno de los primeros concursos de los que se tenga registro en nuestro país para el que el Banco Obrero convocó a dos de los arquitectos venezolanos más reconocidos de ese momento (Carlos Guinand Sandoz y Carlos Raúl Villanueva), e incorporó en el jurado a representantes de todas las instituciones (públicas y privadas) requeridas dada la envergadura del trabajo.
En segundo lugar, se trata de la primera ocasión en la que el «Plan Monumental de Caracas» de 1939 (conocido como Plan Rotival) se ofrece como guía (de libre interpretación en nuestro caso) para dar inicio a la transformación del centro de la ciudad que en él se vislumbraba.
También, por las características del planteamiento, que señala la importancia de tender puentes entre tradición y modernidad tanto en lo urbano como en lo arquitectónico, «El Silencio» ofrece la oportunidad de encontrar una prueba de lo que pudo haber sido (y no fue) el camino a seguir para el desarrollo urbano de Caracas, sin dejar de constituirse en «el primer elemento de la ciudad moderna».
En cuarto lugar, porque se erige como la operación inmobiliaria más ambiciosa de la historia de la ciudad realizada hasta esa fecha que, además de permitir el despegue de la industria de la construcción, la somete a retos que develaron la capacidad de la ingeniería nacional para solventarlos.
Además, porque se busca ofrecer, a través del mayor conjunto de viviendas realizado en el país, alojamiento de calidad para la clase obrera y un modelo de vida comunal.
En sexto lugar porque es el momento en el que Villanueva plasma, con una obra de alto impacto pedagógico y evidente carga ecléctica, los resultados de sus reflexiones en torno a los valores permanentes de la arquitectura colonial venezolana, preámbulo del despegue interpretativo que ofrece su producción posterior.
Y, finalmente, porque se da la ocasión de recoger lo señalado en el punto anterior en la que puede considerarse estrictamente como la primera publicación de arquitectura venezolana: «La Caracas de ayer y de hoy, su arquitectura colonial y la Reurbanización de El Silencio» (1950).
El dibujo con el que acompañamos esta breve crónica, proveniente del libro citado, denota la capacidad de Villanueva de sintetizar algunos de los aspectos conceptuales más relevantes tomados en cuenta para plasmar la propuesta definitiva.

ACA

Procedencia de las imágenes

Encabezado. Carlos Raúl Villanueva, La Caracas de ayer y de hoy, su arquitectura colonial y la Reurbanización de El Silencio, 1950

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